El yoga entra en mi vida en 2016: Tras un viaje a la India sin planes y con una mochila. Una aventura de dos meses que abre mis ojos mostrándome todo lo que hay más allá de mi zona de confort. Un viaje que me lleva a descubrir el yoga, marcando un antes y un después en absolutamente todos los aspectos de mi vida. Una aventura que abre mi ser hacia el camino del autoconocimiento y la evolución personal.
Las bases de mi enseñanza tienen la raíz en el Ashtanga Vinyasa Yoga. Una práctica dinámica, explosiva y exigente tanto física como mentalmente. Para mí, una meditación en movimiento. Con el tiempo y mi propia experiencia, he ido desarrollando un estilo propio de enseñanza adaptada al mundo moderno y a la sociedad occidental. Disfruto mucho fluyendo, creando y enseñando.
En cada clase pongo todo mi esfuerzo y creatividad para crear clases originales, divertidas, interesantes y que motiven al alumno a superarse a sí mismo desde la constancia, el amor y el respeto hacia uno mismo.
Mi enseñanza es progresiva, me gusta observar a mis alumnos para entenderlos y así facilitarles las herramientas y la información necesaria para que puedan avanzar desde sus propias sensaciones y experiencias. Mi misión es inspirar a mis alumnos para que puedan desarrollar su práctica y sacar la mejor versión de ellos mismos, despertando su potencial ilimitado a través del yoga.